En un
principio, allá por los 90, era Napster, antes de quedar enredado en esa pelea
legal con las discográficas que con el tiempo lo volvió un sitio pago. Luego de
esto un relativo bajo perfil en los programas de intercambio de música, en el
que los que más destacaban fueron Winamp y Kazaa. No fueron muy usados en
Argentina, debido a que en la época (principios de la década del 2000) la banda
ancha, insumo indispensable para pensar en piratear bajarse canciones de Internet, no había penetrado tanto en la sociedad.
Entonces, bajarse una canción era una tarea que podía demandar varios minutos. Más
adelante apareció Ares, que fue verdaderamente un fenómeno, sobre todo porque
disfrutaba de algo que sus predecesores no tenían: la banda ancha en la mayoría
de los hogares argentinos (nota al pie: cuando me inicié con este programa, no
había banda ancha en casa, y cada canción me demoraba, más o menos, lo que dura
escucharla. Después tuve y fue otra cosa). Con la era Youtube llegó la última
innovación en la obtención de música a través de Internet: los programas que
convierten el video en audio.
Ojo, no
todo era pirata, ilegal. También había medios legales de descarga de música. Un
ejemplo es MySpace, donde los artistas pueden elegir (y lo hacen de modo
creciente) colgar su música, es
decir, subir las canciones a la plataforma para que los seguidores de la banda
puedan descargarlas desde allí. O la tienda iTunes donde, aunque en este caso
pagando, se pueden obtener las canciones. Eso sin nombrar a la aplicación estrella,
una cuyo nombre empieza con S, que incluso permite tener las canciones en tu celular por una módica suma.
Seguramente
estos programas deben haber cambiado la vida de muchísimas personas. Y claro,
junto con la llegada del MP3 simplificaron el proceso de escuchar música, un
innegociable en ciertas situaciones como los viajes en colectivo, esperas,
caminatas por la calle solos (siempre me negué a escuchar música mientras
camino) o simplemente antes de dormir.
La práctica
de descargar canciones, sin embargo, no estaba exenta de problemas. Y uno de
los más graves (luego de quedarse sin conexión) era, desafortunadamente, la
inexactitud de la información. Léase nombres
mal puestos, gente ignorante que no sabe quién está cantando lo que subió,
o el cartelito que usted quiera. Lo usual, al buscar una canción, era buscarla
por nombre o por banda/cantante. Y en la gran mayoría de los casos, la
información era exacta. Por ejemplo, ponías “Satisfaction”, de los “Rolling
Stones”, y el programa de descarga de música lo encontraba y te daba la opción
de bajarlo. Pero claro, siempre hay excepciones. Y entonces te podías encontrar
con que te bajabas Satisfaction, pero
al escuchar la voz decías “no, ese no es ni por casualidad Mick Jagger”. Y
otros ejemplos. Como sea, estos problemas (que yo sufrí limitadamente, pero me
pasaron), además de suscitar mis más nobles pensamientos acerca de quienes
habían etiquetado las canciones, abrieron la puerta a algo verdaderamente
maravilloso y nuevo:
Los Covers
que suenan mejor que el original.
Y es que, en
muchas ocasiones, nos encontramos con canciones que son creadas por un artista,
y que por una de esas cosas del destino terminan siendo versionadas por otro, y
la nueva versión es mejor que la original. Obviamente, esto es altamente
subjetivo, ya que, tratándose de una canción hecha por varios artistas, unos
pueden opinar que una determinada versión es la mejor, y otro pueden opinar que
otra versión es la mejor. Incluso pasa con versiones en vivo y de estudio de
un mismo tema.
Lo que
también puede pasar es que una banda muy conocida haga un cover de una canción
escrita por otra banda, no tan conocida. Y, en razón de la mayor popularidad de
la banda versionante, esta nueva versión se haga más conocida y sea percibida
como mejor. Esto pasó mucho en las décadas de 1960 y 1970, con bandas muy
conocidas en esa época que versionaban temas de cantantes de los 50, que no
eran tan conocidos (el auge del marketing
musical, por llamarlo de alguna manera, comenzó en los 60 con la ola inglesa o invasión británica, la llegada masiva de música inglesa a los
EE.UU.).
Y en tantos
otros casos, la razón puede ser que una letra se ajuste mejor al tipo de sonido
propuesto por una banda distinta de la original. Por ejemplo, una canción que
inicialmente era un blues pero, al introducirle guitarras distorsionadas, el
efecto sonoro es mucho más cautivante al oído. O una canción que, lenta, suena
más agradable que la versión más rápida. O versiones acústicas vs. eléctricas: muchas
veces pasa en ediciones al estilo MTV
Unplugged donde, al estar restringido el instrumental a instrumentos
acústicos y percusión ligera, se logra una armonía que puede superar a la de la
canción original.
Acá abajo
dejo una lista de algunos ejemplos, los que en este momento más recuerdo haber escuchado y dicho "esto es mejor que el original". Obviamente, la lista no es exhaustiva ni tampoco pretende ser del acuerdo
de todos los que lean esta nota. Cada quién puede tener diferentes miradas
acerca de qué canciones son mejores en original y cuáles tienen otra versión no
original que las supera, prueba de esto es la gran cantidad de listas que
circulan por Internet. Los temas elegidos son entre medianamente y muy
conocidos, y en algunos casos son canciones de las que la versión cover es mucho más conocida que la
original.
Dazed and confused - Led Zeppelin
(Jake Holmes)
Poco se
conoce de la original de Jake Holmes, pero la realidad es que esta canción es
una de las más conocidas (estaría en un primer pelotón) de la banda de Jimmy
Page y Robert Plant. Definitivamente, el virtuosismo del guitarrista le agrega ese
algo que le faltaba a la versión inicial.
Nota al pie: Los de Led Zeppelin cambiaron parte de la letra, aunque aún puede considerarse un cover. Además, Jimmy Page grabó otra versión de esa misma canción durante su pertenencia a The Yardbirds.
Triste
canción de amor - La Renga (El Tri)
Mientras
que la versión de la banda mexicana es un tanto reggaera, los arreglos decididamente
más rockeros de La Renga le quedan mucho mejor.
While my guitar gently weeps - Eric
Clapton and George Harrison (vivo en Japón) (The Beatles)
En esta
canción, los Beatles lisa y llanamente le pifiaron clamorosamente con la batería. Suena un tanto
repetitiva. De entre todas las versiones que se hicieron en vivo de esta
canción, elijo la que hicieron Eric Clapton y George Harrison en Japón (la del
video) más que nada por el solo de guitarra al final. Aunque los arreglos, en
general, son mucho mejores.
(no había versión "original" de esta canción en Youtube)
Since I don’t have you - Guns N' Roses (The
Skyliners)
En este
caso, el mérito para la versión de los Guns es quizás que su cover llegó a ser
más conocido que la versión cincuentosa de los Skyliners. Al margen de eso,
tratándose de una canción de tono melancólico, la potencia que le imprimen Axl,
Slash y compañía saca a la canción de esa “perfección” (parece todo demasiado
bien armado) que tiene la canción original.
La versión de los Skyliners no es, en realidad, lo que se diría mala, diría que está bastante cerca de la de los Guns, pero esta última para mí es superior.
It’s my life - No Doubt (Talk Talk)
La version de
No Doubt tiene, quizás, una tonalidad más dramática que la de Talk Talk, que
termina adaptándose mejor a la letra.
Si les gustó la entrada, no duden en comentarlo... y en acercar, si lo desean, sus propios ejemplos de canciones que les parezca que, versionadas por otras bandas, suenan mejores que la primera versión.